Retinopatía del Prematuro


¿Qué es?

Es una enfermedad que afecta a bebés que nacen de forma prematura, y consiste en un desarrollo anormal de los vasos sanguíneos en la retina.

Es la principal causa de ceguera en la infancia, y la incidencia va en aumento debido al progreso y al éxito de los cuidados neonatales que permiten la sobrevida de niños cada vez más pequeños.

¿Por qué ocurre?

El nacimiento prematuro frena el desarrollo normal de la retina, una de las capas fundamentales del ojo necesaria para la visión. Un nacimiento a término se produce en la semana 40, y se considera que es prematuro con 36 semanas o menos de gestación. La retina completa su formación a partir de la semana 36. Si el niño nace antes de ese momento, la retina continuará desarrollándose, pero con cierto riesgo de hacerlo en forma anormal. A menor peso y edad gestacional, los prematuros tienen mayor riesgo de presentar la enfermedad.

Por otro lado, los niños prematuros nacen con sus pulmones inmaduros, por lo que es muy frecuente que sea necesario administrarle oxígeno. Las altas concentraciones de oxígeno, aumentan el riesgo de padecer retinopatía del prematuro, por lo que el control del oxígeno en la unidad de neonatología es esencial.

¿Cómo se diagnostica?

Es importante que los prematuros sean controlados precoz y periódicamente por oftalmólogos capacitados. El oftalmólogo debe realizar evaluación del fondo de ojo de los bebés en la unidad de cuidados intensivos neonatales, en la cuarta semana de la vida posnatal y no más allá de la 32ª semana.

¿En qué consiste el seguimiento?

El seguimiento de la enfermedad dependerá del criterio del médico, de la localización de la retinopatía misma dentro del ojo y de la edad corregida del paciente. Deberá incluir un examen hasta al año de vida para descartar secuelas.

¿A quiénes afecta?

Todos los bebés nacidos antes de la semana 32 y/o menores a 1.500 gramos de peso al nacer deben ser controlados.