Hipertensión y embarazo (preeclampsia – eclampsia)


¿Qué es?

Los desórdenes hipertensivos se encuentran entre las complicaciones médicas más comunes del embarazo, y ocurren en alrededor del 10% de éstos.

Cuando hablamos de “hipertensión en el embarazo” nos estamos refiriendo a un conjunto amplio de condiciones que se acompañan de elevaciones de la presión arterial durante el embarazo. Muchos casos adquieren formas leves pero otros pueden ser muy severos y llegar a tener un gran impacto en la salud de la embarazada y su bebé. Las manifestaciones en estas pacientes pueden ser clínicamente similares sin embar-go, las causas pueden ser diferentes:

  • Hipertensión inducida por el embarazo
  • Preeclampsia.
  • Hipertensión crónica
  • Enfermedad renal

A veces la hipertensión durante el embarazo se asocia a un cuadro clínico llamado “preeclampsia”, que es una complicación del embarazo muy peligrosa, por lo que debe diagnosticarse y tratarse rápidamente, ya que en casos severos pone en peligro la vida del bebé y de la madre.

Dos tercios de los casos de preclampsia ocurren en embarazadas que, fuera de este desorden, no han tenido hijos, ni ninguna otra complicación.

¿Cuáles son los síntomas de la preeclampsia-eclampsia?

La preeclampsia–eclampsia puede manifestarse:

  • Por un conjunto de síntomas y signos: síndrome materno (hipertensión y pre-sencia de proteínas en la orina).
  • Por un síndrome fetal (disminución del crecimiento intrauterino, reducción del líquido amniótico y falta de oxígeno fetal).

Aquellas madres con hipertensión tienen riesgo aumentado para desarrollar complicaciones potencialmente letales, tales como:

  • desprendimiento de placenta,
  • alteración de la coagulación de la sangre,
  • hemorragia cerebral,
  • daño en el hígado,
  • insuficiencia renal aguda.

¿Cómo se trata?

El manejo obstétrico de la preeclampsia se basa fundamentalmente en el balance entre la salud feto-neonatal y la salud materna.

El mejor tratamiento para este trastorno es provocar el nacimiento (por inducción del parto o por cesárea). Muchas veces esto ocurre varias semanas antes de la fecha probable de parto (nacimiento pre-término).

Hay que considerar el momento oportuno y el lugar adecuado para el nacimiento, es-pecialmente en los nacimientos prematuros que deben ocurrir en maternidades con la complejidad suficiente para asistir a recién nacidos prematuros.

El objetivo del tratamiento es prevenir la eclampsia y las complicaciones severas, tal como la lesión cerebral y las alteraciones cardiovasculares.

Se recomienda la hospitalización en aquellas embarazadas que presenten preeclampsia, en cualquiera de sus formas, ya que es el inicio de una fase inestable en la que la salud del bebé y de la madre puede deteriorarse de forma impredecible.

¿En qué situaciones la embarazada debe consultar en forma urgente al médico?

  • Presión arterial igual o mayor a 140/90 mm Hg.
  • Visión borrosa o nublada, visión de puntos negros.
  • Dolor de cabeza intenso.
  • Náuseas y/o vómitos persistentes.
  • Disminución o ausencia de los movimientos del bebé.
  • Dolor en el abdomen superior derecho o en la boca del estómago.
  • Fotofobia (intolerancia a la luz).
  • Exagerada tendencia al sueño (somnolencia).

¿Puede prevenirse?

La aparición de este cuadro no puede prevenirse. No obstante, el control prenatal periódico y oportuno permite detectar la hipertensión en forma precoz y realizar tratamiento médico en los casos que lo requieran. De esta forma, las complicaciones severas muchas veces pueden ser anticipadas.
Es importante que los consejos acerca de la alimentación y los signos de alarma sean transmitidos a la embarazada.