Fisura oral


¿Qué es?

La fisura oral o “labio leporino” es un problema de salud que presentan algunos recién nacidos que consiste en una abertura en el labio y/ o el paladar, que no ha podido cerrarse completamente antes del nacimiento. Se producen al comienzo del desarrollo del feto.
Algunos bebés sólo presentan abertura de labio (labio leporino), otros sólo abertura del paladar (fisura palatina), y otros presentan ambas aberturas.

¿Son frecuentes?

Son uno de los principales defectos de nacimiento.
Existen varios casos en los que los bebés con estos problemas tienen además otros defectos de nacimiento.
 
Todos los bebés con fisuras orales deben ser examinados meticulosamente por un médico inmediatamente después de nacer para descartar la presencia de otros defectos de nacimiento.

¿Cuáles son las causas?

Existen varios factores que pueden incidir en su desarrollo:
_ antecedentes en la familia (herencia genética)
_ consumo y/o exposición durante el embarazo a: ciertos medicamentos, algunos tipos de virus e infecciones, radiaciones, alcohol y tabaco.
_ falta de ácido fólico durante el embarazo
_ parentesco entre los padres (parejas formadas por primo-prima, tío-sobrina..)
 
¿Qué problemas pueden tener los bebés y niños con fisuras orales?

Las dificultades se presentan especialmente en aquellos bebés y niños con fisuras de paladar y muy poco en el caso de los bebés que tienen fisura de labio.
Las principales son:
– Dificultades para comer
– Infecciones frecuentes en el oído y pérdida de la audición
– Problemas en el lenguaje
– Problemas dentales 
Con la ayuda de distintos especialistas como pediatras, odontólogos, cirujanos pediátricos, otorrinolaringólogos (especialistas en nariz, garganta y oídos), fonoaudiólogos, genetistas y trabajadores sociales es posible ir resolviendo estos problemas y reducir sus complicaciones.
– Dificultades para succionar
A los bebés con fisura de paladar les cuesta succionar con suficiente fuerza. Para ayudarlos a alimentarse bien – ya sea con la teta o la mamadera- existe una pequeña placa de plástico que se utiliza como paladar artificial y que al tapar la abertura permite que el bebé pueda succionar con mayor facilidad.
– Problemas en los oídos
Son frecuentes las infecciones, dado que puede acumularse líquido en el oído, lo que le causa dolor y fiebre al bebé. Una complicación mayor puede ser la pérdida de la audición y su consecuente problema en el desarrollo del lenguaje. Pero esto puede evitarse si las infecciones son tratadas correctamente y a tiempo. Por eso es  fundamental realizar al niño un examen de los oídos al menos una vez al año y en caso de encontrar líquido tratarlo con los medicamentos adecuados, e incluso con cirugías de ser necesario.
 – Problemas en el lenguaje
Los niños con este tipo de fisuras pueden tardar un poco más en hablar que el resto. Además sus palabras pueden sonar “nasales” (como si fueran dichas desde la nariz) y puede costarles pronunciar algunas consonantes. Sin embargo, la mayoría casi siempre desarrolla un lenguaje normal después de la reparación de la fisura. Algunos pueden necesitar recibir también rehabilitación con un fonoaudiólogo o una nueva cirugía más adelante.
– Problemas dentales
A estos niños pueden faltarles algunos de los dientes, presentar dientes anormales o mal ubicados. Por lo general estos problemas pueden resolverse con un grupo de especialistas como los odontólogos infantiles, los ortodoncistas y los cirujanos orales.
 
¿Cuál es el tratamiento adecuado?

Depende de la cantidad y la gravedad de las fisuras, pero en general esta malformación se corrige con cirugías. Generalmente la fisura del labio se repara cuando el bebé cumplió los 3 meses de vida, y la fisura del paladar cuando tiene entre 6 y 18 meses. A menudo se hace necesario volver a realizar cirugías a medida que el niño va creciendo.
 
¿Cómo pueden prevenirse?

Algunas recomendaciones importantes para prevenir estos defectos pueden ser el consumo de ácido fólico durante los meses previos a la concepción y durante el embarazo. Si bien el ácido fólico se encuentra en alimentos como las verduras de hojas verdes, las legumbres y las naranjas, es importante que el médico garantice los niveles necesarios del mismo recetándolo como complemento vitamínico para la mujer embarazada. También se recomienda que las madres no consuman alcohol ni fumen, y tengan especial cuidado sobre cuáles son los medicamentos que ingieren durante ese período (especialmente medicamentos anticonvulsivantes).