Fiebre Amarilla


¿Qué es?

La fiebre amarilla viral se transmite por la picadura de un tipo de mosquito, que previamente ha picado a una persona enferma y de esa manera se ha infectado. No todos los mosquitos contagian la fiebre amarilla, sólo aquellos que previamente han picado a un individuo enfermo. Se llama fiebre amarilla, porque a muchos de los que se enferman se les pone la piel de ese color.

¿Cómo se transmite?

El contagio solo se produce por la picadura de los mosquitos infectados. No se contagia a través del contacto personal, objetos ni por la leche materna.
Si bien cualquier persona puede contraer la fiebre amarilla, las personas de mayor edad y los niños, tienen mayor riesgo de presentar una enfermedad grave.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas iniciales pueden ser similares a los de una gripe e incluir fiebre, dolor de cabeza, vómito y dolores musculares. A medida que la enfermedad progresa, sangran las encías y la orina también contiene sangre. El paciente puede también sufrir ictericia (coloración amarilla de la piel).
¿Cuál es el tratamiento?
No hay un tratamiento específico para la enfermedad. Solamente se tratan los síntomas. Por eso es importante que concurra al Centro de Salud ante la sospecha. Allí le serán indicadas las medidas adecuadas a cada caso. No se automedique, porque los antifebriles de uso habitual pueden ser extremadamente perjudiciales.

¿Cómo puede prevenirse?

  • Si vivimos o vamos a viajar a una zona de riesgo debemos estar vacunados. La vacuna es segura y efectiva, y se puede colocar a partir del año de vida junto al resto de las vacunas. Para personas mayores de 60 años debe evaluarse la necesidad real según exposición a área de riesgo. La protección de la vacuna comienza 10 días después de la aplicación.
  • Si no estamos vacunados, o si nos colocamos la vacuna hace menos de 10 días y debemos viajar a una zona de riesgo, debemos evitar picaduras de mosquito colocándonos repelentes, ropas claras y de mangas largas y pantalones largos.
  • Tratemos de no permanecer en espacios abiertos durante las horas donde hay más mosquitos: desde el atardecer hasta entrada la noche.
  • También hay que usar repelente en abundancia y renovar la aplicación según el tipo y concentración del mismo utilizado, especialmente si se estuvo en contacto con agua o si se transpiró en abundancia.
  • Evite la reproducción de los mosquitos, vaciando todos los envases que acumulan agua.
  • Los monos también se enferman de fiebre amarilla, y a veces son los primeros en enfermarse. Por eso si vemos monos muertos o enfermos, debemos informar al Centro de Salud.

Para más información ir a:

Insituto Nacional de Medicina Tropical (INMET)

Programa Nacional de Control de Enfermedades Zoonóticas
ProNaCei – Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles

o bien llamar al 0800-222-1002 opción 5